sábado, 11 de julio de 2009

De Eduarda Justo a David Meca

Muy temprano, cada mañana, se levantaba en los 60 Eduarda Justo, para ponerse las pilas y afrontar una dura jornada de trabajo, mientras su marido buscaba la fortuna entre la tierra de los montes del Almanzora. Medio siglo después, David Meca abre el ojo por el impulso de un despertador programado cada día para las cuatro y media de la madrugada.
Ambos, separados por décadas, se han unido este fin de semana por medio de la Fundación de Grupo Cosentino que lleva el nombre de la madre de la familia.
‘Líderes del Futuro’ era el lema bajo el que la Fundación Eduarda Justo ha reunido a un grupo integrado por más de medio centenar de, más o menos, jóvenes empresarios (no es fácil sentirse joven al lado de algunos de ellos). Han sido dos días y medio en los que el equipo capitaneado por Juan Martínez Barea y Álvaro Leiva, presidido por Eduardo Martínez Cosentino e inspirado por su hermano Paco, presidente de Grupo Cosentino, han colonizado nuestras cabezas con términos como esfuerzo, tesón, constancia, formación, fe, liderazgo, social business, globalización, innovación, responsabilidad o negocio.
En la platea, jóvenes (algunos insultantemente) emprendedores, salidos de algunas de las mejores universidades del país, titulados MBA y futuros ocupantes de aulas del prestigio de Harvard o Stanfortd, tres de ellos becados por la propia Fundación.
Y en el aire, una pregunta: ¿por qué este esfuerzo por parte de la Fundación?
En los dos primeros días, pasaron por el estrado los propios Martínez Barea y Álvaro Leiva, el multicampeón y heroico David Meca o los consagrados emprendedores Miguel Milano (Oracle Europa) y Jesús Encinar (idealista.com), además de tratarse en profundidad casos como el del aventurero de principios del siglo XX Ernest Shackleton (apodado cariñosamente en el seminario como ‘Chaquetón’) y Muhammad Yunus, impulsor de los microcréditos y del banco Graneen.
Sin embargo, no fue hasta la mañana del sábado cuando los presentes encontrarmos la respuesta. Y ésta vino en la voz excitada y rebelde de un tipo que sigue encontrando, todos los días y tras muchos años, motivos para poner pie en tierra con las expectativas y el espíritu que le inculcó su madre, cuando regentaba aquella panadería de Macael, donde se vendían lo mismo panes que alpargatas.
Paco Martínez Cosentino ha dado muchas lecciones a Almería. Y el otro día, el sábado por la mañana, en su ‘casa’, en el impresionante complejo industrial que da empleo a miles de seres humanos de Olula, Macael, Fines y el mundo, nos dio una más, que ahora me siento obligado a trasmitir públicamente: para los Cosentino, para el espíritu de su Grupo, más allá del negocio (hubiera sido igual que fuera ‘en paralelo’ a él), el objetivo de todo sigue estando en la gente, en las personas, en las manos que mueven el mundo.
Esa motivación, ese reto (la palabra preferida de David Meca), ese objetivo, es el que ha convertido a la Fundación Eduardo Justo en un referente de futuro, de líderes del futuro. El próximo año, tres de estos descaradamente jóvenes líderes de futuro plantarán sus posaderas en los asientos vetustos de Stanford y Harvard. Y mientras, en las mentes de los Cosentino, Martínez Barea o Leiva, seguirán bullendo ideas para poner su ‘granito de cuarzo’ en la formación, el impulso y la fe en los líderes del futuro de esta Almería que tanto los necesita.

Blog y comunicación

Indudablemente no es suficiente, pero a mi juicio, el mero convencimiento de que todo lo que dominamos en cada segundo es, al ritmo que se mueve nuestra bendita sociedad del XXI, es historia al siguiente, es ya un paso importante en la actitud y el espíritu de renovación, estudio, reciclaje y mejora personal.

Si en general, el mundo gira a una velocidad millones de veces superior a la que lo hacía hace apenas 20 años, en materia de comunicación, los cambios constantes son aún más exagerados y fulgurantes.

Sin embargo, los resortes comunicativos de poder y los usuarios de los mismos seguimos anclados, en un alto porcentaje, en los resortes del siglo XX, a pesar de que el XXI nos ha pasado por la derecha y a toda velocidad muchas veces y desde hace mucho tiempo.

Los íncides de audiencia ya no sostienen una apuesta integral por la comunicación offline, pero ésa sigue siendo la que mayores bocados le da a los presupuestos de márketing.

El salto es grande y da miedo, pero la comunicación ha tomado ya la decisión por nosotros. Y aunque me considero un cobarde (y a mucha honra), creo que ha llegado la hora de estrenar el blog, como simbólico paso adelante de mi conversión a la comunicación digital del nuevo siglo. Perdón por el retraso.