domingo, 13 de febrero de 2011

Aeropuerto de Almería, siglo XXI


Viernes 11 de febrero, Aeropuerto Tegel, Berlín. Cinco de la tarde. Una nutrida representación almeriense, que ha estado presente en la Feria Fruit Logística, se dispone a volver a casa, tras una dura semana de trabajo.
Los expedicionarios, representantes de empresas expositoras, visitantes profesionales, periodistas, representantes institucionales y políticos, han defendido la bandera de nuestro sector más representativo, la agricultura, en la cita sectorial más importante del mundo; y ahora quieren llegar a casa cuanto antes, como cualquier otro viajero, para tomar un descanso merecido que, en muchos de los casos será hasta el día siguiente.
La expedición se divide en dos vuelos. El primero parte sin problema, minutos después de la hora prevista, y llega al Aeropuerto de Almería, también minutos más tarde de lo establecido. Sus integrantes se sorprenden a su llegada, al ver las pantallas del aeródromo, donde el segundo vuelo aparece ‘Cancelado’.
A esa hora, controladores aéreos de la torre de control de Almería miran sus relojes satisfechos. Pasan las nueve de la noche y en pocos minutos cogerán sus trastos y se marcharán de fin de semana. A la misma hora, el director del Aeropuerto de Almería ha comenzado hace horas su plácido fin de semana.
A miles de kilómetros, en la segunda expedición reina el desconcierto. Tendrían que haber despegado hace horas, pero no ha podido hacerlo por problemas técnicos. Empiezan a llegar rumores inverosímiles que apuntan a que, como no se den prisa en salir, el vuelo habrá de aterrizar en Málaga, ya que el Aeropuerto de Almería tiene horario de cierre con las fruterías.
El presidente de la Cámara de Comercio y el de Asempal, diversos representantes empresariales y varios periodistas no pueden creerlo. Ellos, sus empresas y sus instituciones, han pagado un billete de avión que incluye el vuelo y los servicios correspondientes, pero que ahora no les asegura llegar a Almería por aire sino que, si se produce un retraso, aterrizarán a 300 kilómetros del destino y cubrirán esa distancia en autobús.
No lo creen, pero es así. El Aeropuerto de Almería lo tiene claro: cuando suena la bocina, cuando llega la hora, cada uno guarda los ‘bolis’ en el cajón, apaga el ‘ordenata’ y hasta el lunes. ¡Ah!, ¿que queda un avión por aterrizar? ¡Ya buscará un hueco por ahí!; ¿y que los viajeros tienen pagado un billete que pone ‘destino Almería’? ¡Ese no es mi problema, yo tengo un horario de salida! ¿No se pueden establecer horas extras? Jeje.
Almería, 12 de febrero de 2011. Por si alguien no lo recuerda, siglo XXI: La segunda expedición llega a la estación de autobuses almeriense, cuando el sol ha comenzado a despertar por el Cabo de Gata. Han pasado la noche entre aviones, aeropuertos y autobuses.
¿Y todavía nos extrañan sucesos como los acaecidos en las postrimerías del pasado año con los controladores aéreos?

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